sábado 14 de junio de 2025 - Edición Nº2383

Social | 18 may 2025

Salud

Morir en la cancha: la tragedia evitable que expone la falta de controles médicos, desfibriladores y conciencia en el deporte amateur

Una vez más, el fútbol amateur en Santiago del Estero se vistió de luto. Un nuevo caso de muerte súbita en plena cancha sacudió a la comunidad, que empieza a preguntarse cuántas tragedias más serán necesarias para que se tomen medidas concretas. Aunque poco frecuentes, estas muertes son prevenibles. Lo afirman los especialistas, lo repite la evidencia, y lo recalca la doctora Cecilia Reyna, cardióloga con más de 20 años de trayectoria y una de las fundadoras de Cardio Bosch, en diálogo con Rugido Sagrado Radio (FM 105.1).


La muerte súbita es una muerte inesperada en alguien que estaba previamente sano, ya sea durante la práctica deportiva o hasta una hora después”, explicó Reyna en una entrevista en Rugido Sagrado Radio. Puede ocurrir en medio de un partido, al volver a casa, en un entrenamiento o simplemente haciendo pesas en un gimnasio; no distingue deporte ni intensidad.

Causas y prevención

Según la cardióloga, hay dos grandes grupos de riesgo. En mayores de 35 años, la causa más común es la enfermedad coronaria —arterias del corazón que se tapan—, una afección muchas veces silenciosa. En los menores de esa edad, la principal responsable son las arritmias ventriculares malignas, alteraciones eléctricas que hacen que el corazón, en lugar de latir rítmicamente, tiemble.

El único tratamiento efectivo en esos casos es la reanimación cardiopulmonar (RCP) y el uso de un desfibrilador automático externo (DEA)”, sostiene Reyna. Por eso insiste en lo que en medicina se conoce como “la cadena de la vida”: reconocer el colapso, llamar al 107, iniciar RCP y usar un DEA si está disponible.

Cada minuto cuenta

El tiempo es vital. “Cada minuto sin RCP reduce en un 10% la posibilidad de que la persona llegue viva al hospital. Si intervenimos en los primeros tres minutos, tenemos hasta un 80% de chances de salvar una vida”, explica. Sin embargo, la escena más común en estos casos suele ser la del desconcierto: personas que se agrupan, miran, pero no actúan. Por eso, una de las fundadoras de Cardio Bosch insiste en la capacitación: “Todos podemos hacer RCP. No es difícil y puede significar la diferencia entre la vida y la muerte”. En muchas ciudades ya se ofrecen cursos gratuitos; pero todavía falta.

Desfibriladores: los ausentes necesarios

El desfibrilador, ese pequeño aparato que puede restablecer el ritmo cardíaco, debería estar presente en todo lugar donde se practiquen deportes. De hecho, existe una ley nacional que exige su disponibilidad en espacios de alta concurrencia. Sin embargo, en clubes de barrio, su ausencia sigue siendo la norma.

En Argentina, una persona muere de muerte súbita cada 15 minutos, pero vemos matafuegos en todos lados y desfibriladores casi nunca”, compara Reyna. Y agrega: “Es urgente una campaña nacional de concientización, como se hizo en su momento con el uso del cinturón de seguridad o los controles de alcoholemia”.

El dato es revelador: muchos DEA están diseñados para ser usados por cualquier persona, incluso sin experiencia médica. “El aparato te habla: te indica cómo colocarlo, cuándo alejarte, cuándo dará una descarga. No hay que tenerle miedo”, aclara.

La importancia de los chequeos médicos

Otro punto clave en la prevención es el control médico regular. Reyna explica que todo deportista, incluso amateur, debería al menos una vez hacerse un electrocardiograma, una ergometría (prueba de esfuerzo) y, de ser posible, un ecocardiograma basal cada cinco años. También subraya la importancia de revisar antecedentes familiares y el uso de suplementos o fármacos que puedan afectar el corazón. “Muchos dicen ‘yo me siento bien’, pero hay enfermedades cardíacas que no dan síntomas hasta que es demasiado tarde”, advierte la especialista.

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