Discapacidad | 26 nov 2024
Tenis
La historia de Ian Davidson: esfuerzo, inclusión y un sueño en movimiento
Con solo 15 años, Ian Davidson, oriundo de Río Gallegos y criado en El Calafate, se ha convertido en un símbolo de perseverancia. A pesar de una condición que afecta la longitud de sus piernas, este joven representa a Argentina en competencias nacionales e internacionales de tenis adaptado, destacándose no solo por su talento, sino también por su resiliencia.
De River Plate al CeNARD: el inicio de un sueño
Estudiante de secundaria en el club River Plate, Ian no solo se destaca académicamente, sino también por ser un ejemplo de superación. Desde su nacimiento utiliza muletas para desplazarse, pero encontró en el deporte una pasión transformadora.
Hace poco más de un año y medio, acompañó a un amigo al Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD), donde un profesor notó su interés y lo invitó a probar el tenis en silla de ruedas. Aunque al principio dudó, decidió aceptar el desafío. Su dedicación lo llevó a participar en el Torneo Nacional de Tenis Adaptado de Mar del Plata en 2023, representando a la Ciudad de Buenos Aires con orgullo.
Primer torneo internacional: una experiencia inolvidable
Recientemente, Ian debutó en el circuito internacional en el Country Miraflores, en Pilar. Compitió contra jugadores experimentados de Brasil y Colombia, quienes destacaron por su nivel técnico y físico. Aunque no avanzó, su desempeño fue elogiado por la habilidad y coordinación necesarias para competir en este exigente deporte.
Su abuelo, el periodista Carlos Zapico, expresó su admiración: “El tenis adaptado no es solo golpear la pelota. Debes manejar la silla con un brazo mientras sostienes la raqueta con el otro. Es desafiante, pero también increíblemente gratificante”.
Tenis adaptado: una herramienta de inclusión
El tenis adaptado combina habilidades físicas y mentales excepcionales. Los jugadores deben controlar su silla mientras se concentran en el juego, un equilibrio que exige estrategia y coordinación. Este deporte, más allá de la competición, demuestra que las barreras físicas no definen el potencial de las personas.
Fuente: La Opinión Austral