Fitness | 25 nov 2024
Running
Los milagros, al parecer, existen: Antonio Saavedra, el maratonista que le ganó al EPOC
A sus 56 años, Antonio Saavedra, oriundo de Chaco, es un ejemplo vivo de superación y resiliencia. Hace tres años, recibió un diagnóstico que cambió su vida: Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), acompañada de enfisema, nódulos pulmonares y problemas cardíacos, psicológicos y gastroenterológicos. La situación era crítica, con una cantidad alarmante de medicamentos y una sensación de "sentencia de muerte encubierta". Sin embargo, en medio de la adversidad, tomó una decisión crucial. "Tenía que elegir: morir esperando o hacerle frente a todo esto. Elegí pelear", recordó. Ese fue el inicio de un giro de 180 grados que lo llevó a encontrar en el running su salvación.
De las primeras zancadas a las maratones
Comenzar no fue fácil. "Empecé a correr 10 metros y me quedaba sin aire, con ataques de pánico. Pero conté con el apoyo de personas que me guiaron", relató Antonio, agradeciendo especialmente al entrenador Miguel Gay y a la neumonóloga Graciela Beatriz Gómez, quien acertó con el tratamiento.
Su progreso fue lento pero constante. "Cuando logré darle tres vueltas al Parque de la Democracia, más de 5 kilómetros, me inscribieron en mi primera maratón en Corrientes", recordó emocionado. Hoy, participa en al menos una maratón por semana y suma cerca de 200 carreras completadas, con distancias de hasta 15 kilómetros. Su próximo desafío: alcanzar los 21 kilómetros.
Una transformación extraordinaria
El impacto del running en su salud fue sorprendente. Aunque el EPOC es considerada una enfermedad irreversible, Antonio logró revertir los parámetros de su cuadro clínico. "Con el ejercicio, sometí a mi cuerpo a generar células sanas que reemplazaron a las débiles o enfermas", explicó. Los médicos califican su caso como una rareza, pero él prefiere considerarlo un milagro.
Antes de este cambio, Antonio era un fumador crónico, hábito que abandonó por completo tras su diagnóstico. "Me dijeron: ‘Dejás el cigarrillo o te morís’. Dejé el pucho y me dediqué a trotar. Cuando tenía ganas de fumar, salía a correr", contó, reflexionando sobre cómo las pérdidas de varios familiares por problemas cardíacos también influyeron en su determinación.
Una nueva vida
Hoy, Antonio celebra no solo su salud recuperada, sino también la oportunidad de haber elegido el camino del esfuerzo y la actividad física: "El EPOC y los ataques de pánico no se los deseo a nadie. Pero si algo aprendí, es que siempre hay una segunda opción. Y esa opción puede cambiar tu vida".
Fuente: Diario Chaco