Fútbol Femenino | 21 oct 2024
Copa Libertadores 2024
Premios rotos y condiciones inhumanas: la vergonzosa realidad de la Libertadores femenina
Corinthians se consagró pentacampeón de la Copa Libertadores femenina tras vencer 2-0 a Santa Fe en la final, pero el título quedó opacado por las duras críticas hacia la Conmebol debido a la deficiente organización del torneo.
Las críticas contra la Conmebol fueron contundentes y expusieron la falta de compromiso con el fútbol femenino a nivel continental. El cambio de sede de última hora generó desconcierto en los equipos y afectó gravemente la planificación de las delegaciones. Además, la falta de publicidad para un torneo de esta envergadura dejó los estadios vacíos, restando la visibilidad que el fútbol femenino tanto necesita para crecer.
Las condiciones de los campos de juego fueron lamentables, con césped en mal estado, lo que no solo ponía en riesgo el espectáculo, sino también la salud de las jugadoras, quienes enfrentaron un altísimo riesgo de lesiones. Jugar cada tres días bajo un calor intenso en canchas sin calefacción ni infraestructura adecuada fue simplemente inaceptable. Las futbolistas de Corinthians, visiblemente molestas, calificaron estas condiciones como una falta de respeto absoluta hacia el deporte, y exigieron una respuesta de la Conmebol ante tal precariedad. La organización demostró una negligencia inadmisible, evidenciando que el fútbol femenino sigue siendo tratado como una disciplina secundaria, carente de la inversión y el cuidado que merece.
El problema no fue exclusivo de Corinthians; el malestar fue generalizado. Los equipos que participaron del torneo sufrieron las mismas carencias organizativas y estructurales. En un gesto que resonó en toda la región, las jugadoras del equipo brasileño subrayaron que las condiciones deplorables afectaron a todos: "No solo nos pasó a nosotras, esto lo vivieron todos los deportistas, todos los clubes, todos los países. Exigimos respeto para que podamos crecer juntos". Este llamado deja al descubierto la profunda desconexión entre la Conmebol y las necesidades del fútbol femenino. No se trata solo de mejoras puntuales, sino de una reestructuración integral de la manera en que se organiza y se valora la competencia.
La falta de profesionalismo se vio reflejada incluso en los detalles más simbólicos: una de las jugadoras mostró, desde el vestuario, el trofeo roto que recibió, sin la placa correspondiente, lo que generó indignación en redes sociales. ¿Cómo es posible que en una final continental se entreguen premios en tales condiciones? Este incidente no es un simple error logístico, sino un claro ejemplo del desprecio con el que se trata al fútbol femenino en los niveles más altos.
Las voces críticas no se limitaron a Corinthians. Laurina Oliveros, arquera de Boca Juniors, fue otra de las jugadoras que alzó la voz tras la eliminación de su equipo en semifinales, apuntando directamente a la Conmebol por la falta de condiciones mínimas para disputar un torneo de esta magnitud. "Es inhumano lo que nos hicieron pasar. Jugamos cada tres días bajo un calor insoportable, en canchas que no están en condiciones. Estas cosas solo pasan en el fútbol femenino, no en el masculino", reclamó con severidad.
Oliveros fue más allá y cuestionó la falta de visión de los organizadores: "¿Cómo se supone que vamos a crecer como deporte si nos tratan así? No se puede esperar que las jugadoras den lo mejor en un torneo que no cuida ni siquiera su integridad física". Las críticas de la jugadora de Boca, al igual que las de otras jugadoras, dejan en claro que la Conmebol está fallando rotundamente en su compromiso con el desarrollo del fútbol femenino, una situación que ya no puede ser tolerada si se aspira a un verdadero crecimiento del deporte en la región.