La transformación de Miguel Galeano

Nacido el 19 de abril de 1998 en Puerto Rico, Misiones, Miguel decidió a los 18 años trasladarse a Mar del Plata para continuar con su vida, combinando sus estudios, la práctica del boxeo y su trabajo. Sin embargo, a los 22 años, su vida dio un giro inesperado cuando sufrió un accidente laboral en la carnicería donde trabajaba, lo que resultó en la amputación de su mano derecha. Este trágico suceso fue un momento devastador tanto para Miguel como para su familia.

Buscando superar el dolor y la desesperación, Miguel recurrió a la ayuda psicológica, donde encontró una inesperada puerta hacia la rehabilitación y la superación. La psicóloga Bettiana Basualdo le sugirió que probara el taekwondo adaptado como una forma de terapia, no como una carrera deportiva. Le dijo: "Todo lo que no podés hacer con los brazos lo vamos a adaptar con los pies". Esta recomendación se basó en la experiencia previa de Miguel en boxeo, fútbol y atletismo.

Lo que comenzó como una herramienta de rehabilitación se convirtió en una nueva pasión para Miguel, quien encontró en el taekwondo adaptado una vía para reinsertarse en la sociedad. Su psicóloga, que también tenía vínculos con el deporte adaptado, lo presentó al instructor de la selección de parataekwondo, Carlos Guerrini. En tan solo tres años, Miguel se transformó en un atleta de alto rendimiento.

En abril pasado, Galeano viajó a Santo Domingo, República Dominicana, para participar en el Clasificatorio Paralímpico, donde se alzó con la medalla de oro en la categoría hasta 58 kg de la clase K44. Este triunfo le aseguró un lugar entre los 70 argentinos clasificados para París 2024. En el certamen, Miguel derrotó 8 a 4 al guatemalteco Gersson Mejía en su debut, superó 2 a 0 en tiempo extra al brasileño Fabrico Marques tras un empate 14 a 14 en el tiempo regular, y finalmente, se consagró campeón al vencer 14 a 11 al mexicano Iván Torres en la final.

Este jueves, Miguel Galeano hará su debut en los Juegos Paralímpicos, llevando consigo no solo el sueño de un atleta, sino también el ejemplo de alguien que, frente a la adversidad, encontró una nueva razón para luchar y superar los límites.

Fuente: Primera Edición (Misiones)