El público, el verdadero dueño del triatlón de La Paz

El espectáculo del triatlón de La Paz es único en el pais y seguramente lo sea en el mundo. El ambiente majestuoso no hace más que enaltecer y consolidar el concepto que se busca, particularmente, en esta competencia. Deportivamente hablando, todo salió a la perfección, y esto es recurrente con el paso de las ediciones; la organización busca, primordialmente, encender cada vez más a los presentes y que la ciudad se convierta en una caja de resonancia, cuyo sonido penetre el universo.

Horas antes de la largada en la categoría sprint, el cielo emergía con un rostro triste, angustiaste, con cara pálida. Fuertes tormentas invadieron la ciudad por la madrugada y el semblante incierto duró hasta pasadas las 14 horas del sabado. Los participantes se preguntaban si el evento seguía su curso o se reprogramaba, las dificultades a la hora de andar en bicicleta o hacer running con el suelo mojado, las particularidades de nadar en un rio “picado”, pero en la organización nunca reinó la duda y todo estaba más firme que una estatua.

De pronto, el sol se despertó alrededor de las 15 horas e iluminó la ciudad, y automáticamente un aire de energía positiva invadió el puerto de La Paz, y los rostros cambiaron por completo. Los competidores se alegraban, se reían, mostraban otro ímpetu y se preparaban para competir y disfrutar del triatlón más antiguo de Sudamérica. 

La competencia, en sí, fue espectacular desde todo punto de vista, transmitida por Youtube para todo el mundo. El circuito, excelentemente señalizado, no sufrió ningún contratiempo, no se escuchó ninguna queja por parte de nadie y los competidores demostraron su destreza en natación, ciclismo y pedestrismo, hasta llegar a la meta

Ahora bien, el ambiente que se desplegó en toda la competencia merece un premio Martin Fierro: la música acompañó todo el tiempo, el relator narró todos los detalles y acrecentaba el aliento del público, las calles estuvieron horas y horas inundadas de ciudadanos paceños y de localidades/provincias aledañas a Entre Rios que se posicionaban como espectadores de lujo con sillas o reposeras o, directamente, observaban todo desde los comercios (absolutamente cerrados durante el evento), de los balcones de los edificios bajaban únicamente gritos de ánimo y aplausos, la banda musical contratada entonó las estrofas de motivantes canciones (por ejemplo, “Muchachos, hoy nos volvimos a ilusionar” de La Mosca) a medida que los atletas se desplazaban en lanchas hacia el lugar de partida.

Los horarios de traslado en lanchas y de largada, por otra parte, se respetaron a rajatabla, la seguridad náutica brindó un servicio diez puntos por las aguas del Rio Paraná, y las decenas de amateur y profesionales que integraron el staff lo hicieron de maravillas, asistiendo en todo momento a aquellos que necesitaban algo en particular.

La fiesta del triatlón en Entre Rios llegó a su fin en su edición nº 38, y los ganadores fueron Tomas Clivio (standard), Nicolas Galia (sprint), Alfredo Galvan (MTB Rod29), Martin Erico (MTB Rod26), Thomas Castañeda (Juveniles) y Lorenzo Galindez (Infantiles).