Nicolás Quikuen, corazón y entrega en un plantel de powerchair que hizo historia

El combinado nacional llegó a la final tras una campaña consistente: cuatro victorias, un empate y solo dos derrotas (ambas frente a Estados Unidos). En semifinales, Argentina se impuso con autoridad 2-0 ante Uruguay gracias a los goles de Santiago Arocena y Valentino Zegarelli. En total, el equipo convirtió 13 tantos y recibió apenas tres, con Arocena como máximo goleador del plantel con cinco conquistas. La Copa América también clasificó a dos equipos al Mundial 2026. Mientras Estados Unidos se quedó con un cupo al consagrarse campeón, Uruguay obtuvo el segundo boleto al vencer 1-0 a Brasil en el duelo por el tercer puesto.

A varios días de la final, Quikuen todavía habla con emoción. “Fue un hermoso viaje; no caigo todavia de todo lo que venimos haciendo y consiguiendo”, expresó. El jugador repasó los rivales a los que enfrentó el equipo nacional y definió el subcampeonato como un logro enorme para un deporte en pleno crecimiento en el país. 

Consultado por el nivel del campeón, Quikuen fue claro: “Son muy buenos porque son uno de los primeros países que empezaron con esto hace 30 años. Pero Argentina está muy cerca de lograr los objetivos y ganarles”.

Valentino Zegarelli, la figura que inspira al plantel

Entre risas y admiración, Quikuen describió al capitán argentino, Valentino Zegarelli, figura destacada del Powerchair Football mundial: “Es buena persona, buen compañero. Desde el primer momento me decía ‘vení, vení con nosotros’. Me hizo sentir parte. En la cancha es un genio. Una bestia. Muy hábil en el uno contra uno”.

El sueño mundialista ya está en marcha

Argentina será sede del Mundial 2026 y Quikuen no esconde su ilusión: “Hay que ganarlo. Esta copa la jugamos con una forma nueva de juego y nos fue bastante bien. Sentimos que Argentina llegó a un nivel mundial”.

Sobre los rivales que se perfilan como grandes candidatos, mencionó: “Francia es el mejor país del mundo. Fue el campeón del último Mundial”. Y ante la posibilidad de una final Argentina–Francia que emule la del fútbol convencional, no dudó: “Es lo que todos queremos”.