lunes 08 de diciembre de 2025 - Edición Nº2560

Triatlón | 8 dic 2025

La historia de un empresario gigante que eligió el Ironman por encima de la vida corporativa

El empresario australiano Scott Farquhar decidió encarar un desafío tan exigente como simbólico para su nueva etapa personal: entrenarse para un triatlón extremo de larga distancia en Alemania, el Ironman, que combina natación, ciclismo y una maratón. Ese objetivo deportivo marcó el inicio de un cambio profundo en su vida, tras dejar atrás más de veinte años al frente de una de las compañías tecnológicas más influyentes del mundo.


Su salida del rol corporativo llamó la atención no por un salto hacia otro proyecto empresarial, sino por la determinación de construir un año distinto, enfocado en el deporte, la familia y experiencias postergadas. Farquhar, conocido por haber cofundado una exitosa empresa tecnológica y por ocupar durante años un lugar clave en su conducción, decidió en 2023 abandonar la rutina de reuniones, trajes y agendas saturadas para priorizar metas personales.

Además del Ironman, se propuso dos objetivos centrales: dedicar tiempo exclusivo a sus hijos y viajar. Así, organizó una agenda que incluyó destinos como Sri Lanka, la Patagonia y el festival de Glastonbury, en el Reino Unido. También sumó momentos individuales con cada uno de sus tres hijos, en actividades elegidas por ellos mismos.

Aunque se alejó de la presión empresarial, Farquhar no cortó sus vínculos con el ecosistema tecnológico. Mantiene conversaciones con colegas, reconoce que extraña la energía de trabajar en equipo, pero no la exigencia de las reuniones tempranas. En esta nueva etapa, la inteligencia artificial ocupa un lugar destacado: la usa a diario para organizar contactos, elegir música y optimizar tareas cotidianas, convencido de que aporta rapidez y ventaja competitiva.

Farquhar construyó su riqueza gracias a las acciones de la empresa que fundó junto a Mike Cannon-Brookes en 2002, un emprendimiento que comenzó con dinero prestado y que creció de manera exponencial. El valor de la firma superó los 4.000 millones de dólares tras su salida a bolsa en Nueva York en 2015 y hoy supera los 41.000 millones.

Actualmente, su patrimonio personal ronda los 10.500 millones de dólares. Además de conservar un rol en el directorio, dirige junto a su esposa un fondo de inversión centrado en proyectos tecnológicos e infraestructura.

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