Otros | 9 nov 2025
Voley
Marcos Milinkovic: "El liderazgo no se impone; se construye con el ejemplo"
Marcos Milinkovic, histórico capitán de la Selección Argentina de vóleibol y una de las figuras más reconocidas del deporte nacional, visitó la provincia de Mendoza para encabezar una clínica destinada a jóvenes jugadores, entrenadores y profesores en el Polideportivo Torito Rodríguez, en San Martín. Su presencia volvió a reunir a generaciones que crecieron observándolo en la elite internacional y que hoy lo reconocen como referente también en su rol formativo.
Hoy, Milinkovic transita una etapa distinta en su relación con el vóley. Ya alejado de la alta competencia, se dedica a acompañar el desarrollo de nuevos talentos. “La vivo con mucha pasión”, expresó al referirse a esta nueva función fuera de la cancha. Actualmente se encuentra trabajando en un proyecto deportivo en la provincia de Salta, donde formó un equipo que competirá en la Liga Nacional 2.
El paso de jugador a entrenador, reconoció, no fue inmediato ni sencillo. “Pasar del juego a la dirección técnica no es fácil. Durante muchos años mi vida fue estar dentro de la cancha, y de golpe tenés que aprender a mirar desde otro lugar”. Sin embargo, destacó que se preparó mentalmente para ese momento. “No quería estirar mi carrera hasta que el cuerpo dijera basta; preferí cerrar un ciclo bien y empezar otro igual de desafiante”.
El retiro llegó, según contó, de manera natural. “Sentí que era el momento justo. No quería seguir por inercia o terminar de una forma que no me dejara conforme”. Incluso una lesión en su último año no alteró esa decisión: “Lo viví con mucha paz. Sabía que después venía otra etapa”.
Milinkovic también subrayó la importancia de seguir formándose incluso después de una carrera consagrada: “La capacitación debe estar siempre. Un entrenador tiene que seguir aprendiendo, observando, actualizándose. Esa curiosidad es la que te mantiene vivo en el deporte”.
Su trayectoria está marcada por tres participaciones en Juegos Olímpicos: Atlanta 1996, Sídney 2000 —donde fue elegido el segundo mejor jugador del torneo— y Atenas 2004. Para él, ninguna competencia se compara con esa experiencia: “El Juego Olímpico es único. El aire que se respira en una Villa Olímpica es diferente”.
En la clínica, también compartió una reflexión sobre el liderazgo, concepto que marcó su rol en la Selección: “No se impone; se construye con el ejemplo. No alcanza con hablar fuerte o dar órdenes. Hay que ser el primero en llegar, el primero en entrenar, el que mantiene la conducta dentro y fuera de la cancha. Cuando el líder levanta la voz, el grupo lo escucha porque sabe que lo que dice tiene peso”.
Fuente: Los Andes (Mendoza)
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