Remo a contracorriente: polémica por la elección de la pista de Tigre en el Campeonato Argentino

La escena fue tan insólita como repetida. Los remeros de todo el país —desde Bariloche, Mendoza y Corrientes, hasta Santa Fe y Rosario— habían llegado con semanas de planificación, logística y costos de traslado elevados. Pero al llegar a la pista se toparon con un panorama desolador: embarcaciones varadas, carriles inutilizables y la confirmación de que la jornada del viernes debía ser anulada.

“Es un despropósito; tanto esfuerzo que hacen los chicos durante el año y se sabe que esta pista es mala para esto”, expresó indignada la madre de uno de los remeros juveniles, que viajó desde el interior con su familia.

La pista de Tigre, reconocida como sede emblemática del remo argentino, arrastra desde hace años el mismo problema: la falta de profundidad y el impacto de las bajantes del río en la normal realización de los torneos. Aun así, las autoridades de la Asociación Argentina de Remo (AAR) volvieron a elegir este escenario como sede central del campeonato más importante del calendario nacional.

La decisión genera malestar entre entrenadores y dirigentes de distintos clubes, que cuestionan por qué no se trasladan las fechas a otras sedes con mejores condiciones hídricas.

La insistencia en mantener la sede en Tigre despierta interrogantes difíciles de esquivar: ¿pesa más la tradición que la seguridad y el esfuerzo de los deportistas? ¿O hay intereses institucionales o económicos detrás de la elección?

Mientras tanto, las y los remeros que dedicaron meses de entrenamiento regresan a sus provincias (o ven afectada su planificación para lo que viene) con la sensación de haber competido contra algo más que el cronómetro: contra la falta de previsión y la desidia dirigencial.