lunes 13 de octubre de 2025 - Edición Nº2504

Otros | 11 oct 2025

Trail Running

René Chaile, el guardián de las ovejas que desafió los cerros del mundo

René Chaile tiene apenas 19 años y un espíritu que no conoce fronteras. Hace unos días regresó a su querido Rodeo Gerván, un pequeño pueblo del departamento de Belén, en Catamarca, donde volvió a su rutina de siempre: pastorear ovejas y cabras entre las montañas. Sin embargo, esta vez lo hizo con una sonrisa distinta. Acababa de regresar del Mundial de Atletismo en España, con la certeza de haber cumplido un sueño y la esperanza de que lo mejor aún está por venir.


El amor por el “running” nació en su infancia. En la escuela primaria, un profesor de educación física advirtió su talento y lo impulsó a entrenar. Aunque no pudo terminar el secundario por cuestiones personales, René nunca se alejó del atletismo. Encontró en el Trail Run —una exigente disciplina que combina la montaña y los terrenos sinuosos— su verdadera pasión.

Su camino al Mundial no fue sencillo. Las dificultades no estuvieron tanto en lo deportivo, sino en todo lo que debió superar fuera de la pista: problemas con el pasaporte, vuelos perdidos, falta de recursos y largas horas varado en aeropuertos. Pese a todo, logró llegar a destino gracias a su perseverancia y al apoyo de su entorno.

Desde muy chico, René entrenó casi sin saberlo. Las largas caminatas de dos horas diarias —una de ida y otra de vuelta— para llegar a la escuela, junto con el trabajo en el campo y la vida en la altura, le dieron una resistencia natural. La figura clave en su formación fue su profesora, Eliana Aybar, quien lo motivó a competir en distintas provincias y lo preparó para alcanzar la clasificación al Mundial celebrado en Asturias. Fue su segundo destino más lejano después de Rosario, ciudad que conoció también gracias al deporte. 

Tras clasificar en febrero en las Altas Cumbres de Córdoba, él y su profesora comenzaron a preparar el viaje a España. Una de las mayores dificultades fue conseguir el dinero necesario, por lo que organizaron rifas y pidieron colaboración a funcionarios. Finalmente, en agosto, la provincia les brindó el apoyo que necesitaban. Armaron entonces un vuelo con escalas en Brasil y Marruecos antes de llegar a Madrid, buscando reducir los costos. Pero el viaje pronto se volvió una odisea. Su pasaporte, que ya había tenido que renovar por un error de emisión, volvió a causarle problemas. En Brasil, las autoridades migratorias no le permitieron embarcar rumbo a Marruecos por unas manchas en el documento. “Perdí el vuelo y tuve que dormir en el aeropuerto”, recordó el joven atleta.

La aerolínea le ofreció un nuevo vuelo tres días después, cuando la competencia ya habría comenzado. Desesperado, llamó a su profesora para contarle que se quedaba sin Mundial. Su respuesta fue inmediata: “O con ayuda del gobierno, o con dinero de mi bolsillo, vos vas a viajar”, le aseguró. Ese gesto, junto con la intervención del intendente de Villa Vil, Ramón Gutiérrez, y la Secretaría de Deportes de Catamarca, permitió que René consiguiera otro pasaje a tiempo.

Así, tras días de incertidumbre, logró arribar a España y cumplir su sueño de representar a la Argentina. La competencia fue dura, con más de 40 países presentes y un recorrido desafiante. Aun así, René disfrutó cada kilómetro y llevó con orgullo la bandera celeste y blanca, junto con la insignia de su pequeño pueblo catamarqueño, donde viven apenas 30 familias.

Hoy, de regreso en Rodeo Gerván, René volvió al campo con la misma humildad con la que partió. Pero algo cambió: ya no es sólo un pastor de montaña, sino también un símbolo de superación y esperanza. Porque en su historia, el esfuerzo y los sueños corren siempre a la par.

Fuente: Bichos de Campo

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