Esports: el auge de una industria que combina videojuegos, apuestas y millones de fanáticos

Los ingresos de los esports continúan en alza. De acuerdo con estimaciones, la industria superará los 4.800 millones de dólares en 2025, con un crecimiento proyectado hasta los 5.900 millones de dólares en 2029. Dentro de ese volumen, las apuestas deportivas representan un motor clave: solo en 2025 generarían alrededor de 2.800 millones de dólares.

La magnitud de los torneos explica parte de este fenómeno. Existen competencias dedicadas a títulos específicos, como la Overwatch Champions Series (OWCS), que atraen a equipos de elite y cuentan con el respaldo de marcas globales como Coca-Cola, Red Bull o Logitech.

En Latinoamérica, los deportes electrónicos atraviesan una verdadera transformación. En la región, el mercado de apuestas deportivas ligado a los esports registró un crecimiento interanual del 62% entre 2024 y 2025, consolidándose como una de las propuestas más atractivas del sector.

Sin embargo, el desafío no pasa por la demanda sino por la ejecución. La dinámica de los videojuegos, marcada por actualizaciones constantes y una jugabilidad compleja, obliga a los operadores a diseñar modelos de cuotas personalizados. El uso de sistemas genéricos genera inexactitudes, limita los mercados en vivo y reduce el compromiso de los usuarios.

Además, la localización se presenta como un factor determinante. Para ser rentables, las casas de apuestas deben adaptar títulos, cuotas y estrategias de marketing a las particularidades de cada mercado, un proceso que resulta clave para capitalizar el crecimiento sostenido de esta industria en expansión.