
Fitness | 16 sep 2025
Running
Correr bajo la lluvia: beneficios, precauciones y consejos prácticos
Aunque a primera vista pueda resultar incómodo, correr bajo la lluvia es una experiencia que ofrece múltiples beneficios. Los chaparrones ayudan a mantener el cuerpo fresco, reducen la fatiga por calor y contribuyen a mejorar el rendimiento. Además, entrenar en condiciones climáticas adversas fortalece la mente y el organismo, favorece la adaptación a distintas superficies y potencia la resistencia cardiovascular y pulmonar.
La actividad, para muchos corredores, adquiere incluso un carácter terapéutico: la concentración en cada paso, el sonido de las gotas y la sensación de frescura ayudan a reducir el estrés y a despejar la mente. Sin embargo, no todo es positivo. Existen riesgos que deben ser considerados, especialmente cuando la lluvia se convierte en tormenta eléctrica. En esos casos, la recomendación es clara: evitar salir, ya que la exposición a vientos fuertes o rayos puede tener consecuencias graves.
Indumentaria: la clave para un entrenamiento seguro
La elección de la ropa es fundamental. Una gorra con visera ayuda a mantener el agua lejos de los ojos, mientras que el exceso de capas resulta contraproducente, ya que la humedad penetra igual y genera mayor sensación de frío. En climas templados, una camiseta común es suficiente; si la temperatura desciende, una campera impermeable resulta la mejor aliada.
Las zapatillas también juegan un papel crucial. Lo recomendable es utilizar modelos con buen agarre, ya que los pares nuevos o muy desgastados tienden a resbalar incluso sobre asfalto mojado. En cuanto a dispositivos electrónicos, si bien muchos relojes y auriculares actuales son resistentes al agua, no todos los celulares lo son. Por eso, se aconseja llevarlos en fundas impermeables.
Cómo evitar rozaduras y lesiones
La fricción que provoca la ropa mojada puede causar lastimaduras. Los pezones, los muslos, las axilas y los pies son las zonas más afectadas. Un método sencillo y efectivo es aplicar vaselina en estas áreas antes de comenzar a correr. Al finalizar, se recomienda secarse de inmediato y cambiarse la ropa mojada para evitar un descenso brusco de la temperatura corporal que derive en hipotermia.
El cuidado del calzado
Tras el entrenamiento, las zapatillas no deben colocarse directamente en el lavarropas. Lo aconsejable es limpiarlas con agua de canilla para retirar barro y suciedad. Luego, se puede colocar papel absorbente en su interior para eliminar la humedad sin dañar los materiales ni deformar su estructura.
Fuente: TN


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