
Artes marciales | 10 sep 2025
Kickboxing
El joven que cambió las noches de robo en Córdoba por los entrenamientos que lo llevaron a lo más alto
La historia de Tobías Ruggiero podría haber terminado como la de tantos jóvenes cordobeses atrapados por la delincuencia y las drogas, con un destino marcado entre la cárcel o el cementerio. Sin embargo, a sus 21 años, reparte entre 120 y 130 bidones de agua por día en barrio La Polinesia, una de las zonas más castigadas por el narcotráfico y la violencia urbana, mientras al mismo tiempo se consagra como campeón provincial y nacional de kick boxing.
Su presente disciplinado y enfocado en el deporte contrasta con un pasado de esquinas, drogas y armas. “Me sedujo ese mundo, era de lo que yo me rodeaba, el entorno influye mucho. Para mí estaba bien salir a robar, consumir, vender droga, andar con armas. Yo me daba cuenta que estaba haciendo algo malo pero lo disfrutaba, tenía un vacío que intentaba llenar haciendo daño”, contó.
El giro en su vida llegó tras un allanamiento en su casa por amenazas con armas de fuego. Ese día vio llorar a su madre, que le suplicaba no repetir el camino de su padre. “Eso me hizo un click en la cabeza. Me di cuenta que haciéndole daño a la gente no llegaba a ningún lado y me estaba matando a mí mismo”, recuerda.
Entonces, Tobías decidió volver a practicar el hobbie que lo había acompañado desde niño, cuando sufría bullying en la escuela: las artes marciales. El deporte se convirtió en su refugio y su herramienta de superación. Hoy entrena bajo la guía de Mauro Campesi, su técnico, quien también creció en un barrio atravesado por la marginalidad. “Lo importante es la empatía. Así como el trabajo dignifica, el deporte también lo hace. Cuando Tobías volvió a entrenar, lo hizo buscando contención”, destacó el entrenador.
Con voluntad propia y un fuerte deseo de cambiar, Tobías no solo compite: también enseña. Cada sábado ofrece clases gratuitas de kick boxing en su barrio, con la intención de rescatar a otros jóvenes del mismo camino que él transitó.
Lejos de renegar de su historia, la abraza como parte de su construcción personal. “A la gente que le hice daño le pido disculpas. No estoy orgulloso de lo que hice, pero si no fuera por ese pasado no sería quien soy hoy. El pasado es parte de lo que soy”, reflexiona.
Fuente: El Doce TV (Córdoba)


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