Ignacio Espínola abre su camino en el tatami con la guardia alta y el corazón firme

“El taekwondo me dio una emoción que no sentía antes. Fue un orgullo llevar la bandera argentina a lo más alto del podio y representar a mi provincia de Corrientes”, destacó. Con humildad y sencillez, señaló además que esta disciplina “enseña principios que me hicieron evolucionar como persona”.

El joven campeón tiene como gran referente a su entrenador, Sebastián Crismanich, medalla de oro en Londres 2012. Siguiendo sus pasos, Ignacio se ilusiona con alcanzar el máximo sueño deportivo: “Hablé con Seba y Mauro sobre los sacrificios que iba a hacer porque mi objetivo es ser olímpico. Ellos me contaron todo lo que pasaron y no pude estar más de acuerdo”, comentó.

Por su parte, Crismanich se mostró orgulloso por el logro y convencido del potencial de su pupilo: “Nacho llegó muy joven al programa del ENARD, hizo todo el circuito para clasificar y hoy nos da esta alegría. Tiene la mentalidad, el biotipo y todas las condiciones para soñar con una carrera olímpica”. Para el entrenador, el contexto deportivo y familiar del correntino será clave en su desarrollo.

Lejos de conformarse, Ignacio sabe que esta medalla es solo el comienzo. Con disciplina, trabajo y el respaldo de su equipo, el joven correntino busca seguir creciendo y darle a la Argentina nuevas alegrías en el futuro, con la mirada puesta en su gran objetivo: llegar a los Juegos Olímpicos.