viernes 22 de agosto de 2025 - Edición Nº2452

JJ. OO. | 20 ago 2025

Juegos Panamericanos Junior 2025

La otra cara del oro: la falta de apoyo que golpea al deporte argentino

El deporte argentino atraviesa uno de los momentos más críticos de los últimos años. La falta de recursos, que ya era una constante en varias disciplinas, se profundizó con los recortes presupuestarios aplicados por el gobierno de Javier Milei, que impactaron de lleno en el desarrollo de los atletas. Muchos de ellos compiten con un esfuerzo casi heroico, entrenando sin elementos básicos o dependiendo de préstamos y favores para poder estar en condiciones de representar al país. El caso de Juan Manuel Arrieguez, reciente medalla de oro en los Juegos Panamericanos Junior Asunción 2025, es un reflejo de esta realidad. El lanzador de bala, oriundo de Chillar (provincia de Buenos Aires), sorprendió al revelar en una entrevista posterior a su triunfo que no cuenta con balas propias para entrenar y competir.


Las dos balas que utiliza fueron prestadas por Germán Lauro, histórico referente del atletismo argentino. “Es un orgullo poder entrenar con cosas que él utilizó, pero sería genial tener una bala propia para la confianza de que, a donde vaya, voy a tener la bala que yo quiero”, explicó.

A pesar de esa precariedad, Arrieguez se consagró campeón con un lanzamiento de 18,39 metros, superando a los brasileros Vinicius Avancini (18,31) y Alessandro Soares (17,97). Además, consiguió la clasificación a los Juegos Panamericanos de Lima 2027.

En medio de la lluvia que acompañó la jornada, el joven subió al podio y mostró la otra cara del sacrificio: “Como dice mi entrenador, uno no elige las condiciones en las que compite. Hay que estar preparado para todo, y hoy lo estuvimos”, señaló con orgullo.

El oro de Arrieguez, más allá del mérito deportivo, deja al descubierto una realidad incómoda: los atletas argentinos siguen compitiendo en condiciones desiguales, con recortes que los obligan a sostener su carrera casi en soledad, mientras cargan con la enorme responsabilidad de representar al país en el máximo nivel.

“Escuchar el himno me llena el pecho de orgullo, es de esas cosas que pesan”, cerró el joven, que convirtió la precariedad en gloria, pero que evidencia una deuda cada vez más grande del Estado con el deporte nacional.

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