martes 19 de agosto de 2025 - Edición Nº2449

Squash | 19 ago 2025

Juegos Panamericanos Junior 2025

La medalla de Paula Rivero en Asunción 2025 no cumplió el deseo pero sí dejó enseñanza

La misionera Paula Rivero vuelve a subir al podio. En los Juegos Panamericanos Junior de Asunción 2025 consiguió junto a su compañero Segundo Portabales la medalla de bronce en dobles mixto de squash, tras caer en semifinales ante la dupla mexicana que luego se consagraría campeona. La jugadora habló con Rugido Sagrado sobre la importancia de este logro, las dificultades que enfrentaron y sus sensaciones en singles, donde no pudo repetir el mismo éxito.


Esta medalla es de las más importantes que tengo, le doy más significado aunque no haya sido la que esperábamos con Segundo. El poder estar acá y convivir con el equipo argentino es una experiencia totalmente única”, expresó con orgullo la jugadora surgida del Club Misiones de Squash.

El bronce se suma a una seguidilla de torneos que Rivero y Portabales venían dominando. “Lastimosamente perdimos el invicto ahora, pero veníamos ganando tres sudamericanos y dos panamericanos seguidos. Una racha muy buena de cinco torneos complicados. Acá se nos cambió un poco el panorama porque jugamos en una cancha reglamentaria de dobles, mucho más grande que la que solemos entrenar, y el juego cambia. Aun así dimos lo mejor y sacamos esta medalla”, explicó.

En la semifinal, la potencia del rival marcó la diferencia. “Más que nada fue la falta de práctica. En la cancha chica jugamos adelante y atrás, con una táctica que nos sale bien. En la cancha grande es lado y lado, y ahí se notó la diferencia. Además, las devoluciones del jugador mexicano eran misiles, eso terminó inclinando el partido”, contó.

El desafío de los singles

Si bien en dobles mixto Rivero viene logrando mejores resultados, en singles tuvo un torneo irregular. Perdió en cuartos de final frente a la misma mexicana a la que había enfrentado en dobles, en un ajustado 3-2. “Fue el colmo de los colmos. Estaba 0-2 abajo, lo remonté a 2-2 y después lo perdí en el último. Son partidos muy largos, de hasta una hora, que cuestan cerrar. Pero haber podido levantar ese 0-2 es algo que valoro porque muestra la fortaleza interior que tengo para resistir frente a rivales duras”, reflexionó.

La misionera destacó el nivel de las rivales: “Ecuador, Colombia y México trajeron equipos muy fuertes. La mayoría de las chicas son más grandes y tienen más experiencia, eso también pesa en este tipo de torneos”.

Una medalla que se comparte en familia

La medalla de bronce ya tiene un lugar especial. “Tengo un estante que me hizo mi papá, pero seguramente termine en la habitación de mi hermanito, que tiene seis años y le encanta colgar mis medallas. Capaz no entiende del todo lo que significa, pero sabe que es un logro y lo disfruta conmigo”, contó entre risas.

Más allá de lo deportivo, Rivero se lleva un recuerdo inolvidable de Asunción: “Lo más lindo es estar con todos los argentinos, compartir la villa, cruzarse en el ascensor y preguntar qué deporte jugás. Somos un grupo muy unido, y esos momentos de equipo son hermosos”.

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