viernes 18 de julio de 2025 - Edición Nº2417

Otros | 13 jun 2025

La lucha olímpica, una disciplina en ascenso en Argentina

La lucha olímpica es una de las disciplinas más antiguas del movimiento olímpico moderno y, en los últimos años, ha experimentado un sostenido crecimiento en Argentina. Desde 2012, la Federación Argentina de Luchas Asociadas (FALA) y la Asociación Bonaerense de Lucha (ABLA) impulsan un programa de desarrollo nacional con el respaldo de organismos deportivos a nivel nacional, provincial y municipal. La iniciativa busca posicionar a la lucha no solo como un deporte competitivo, sino también como una herramienta educativa, formativa y terapéutica.


Este impulso permitió que la lucha olímpica volviera a tener visibilidad en distintas regiones del país. El modelo de implementación consiste en identificar referentes locales dispuestos a formarse como instructores y promover la disciplina desde lo comunitario. De este modo, se fomenta la creación de espacios de enseñanza tanto en ciudades como en pueblos, lo que contribuye a la expansión territorial y al surgimiento de nuevos talentos.

La lucha olímpica se practica en dos estilos principales: grecorromana y libre. Ambos comparten reglas generales, pero se diferencian en el tipo de contacto permitido. En la lucha grecorromana, no se permite tomar las piernas ni el contacto entre ellas, mientras que en la lucha libre estas acciones están habilitadas. La disciplina puede ser practicada por personas de todas las edades y géneros, sin necesidad de contar con indumentaria específica. Las competencias se dividen por sexo, edad, peso y nivel de experiencia, lo que permite un desarrollo progresivo.

El combate se realiza sobre una colchoneta y consiste en enfrentar a dos luchadores bajo la supervisión de un árbitro y jueces. El objetivo principal es lograr la "puesta de espaldas" del oponente, aunque también se pueden acumular puntos para definir al ganador. El reglamento contempla una serie de prohibiciones para garantizar la seguridad de los participantes, excluyendo cualquier técnica peligrosa o dolorosa.

Históricamente, la lucha tuvo un lugar destacado en el deporte argentino, especialmente tras la llegada de inmigrantes europeos con experiencia internacional durante el siglo XX. La fundación de la FALA en 1928 marcó un hito en el desarrollo de la disciplina. Sin embargo, tras décadas de esplendor, la lucha experimentó una decadencia que se acentuó a partir de los años 60 y culminó en una etapa crítica hacia 2001. La recuperación comenzó formalmente en 2012, con la inclusión de la disciplina en los Juegos Nacionales Evita y los Juegos Bonaerenses. En 2024, Agustín Destribats hizo historia al obtener la primera medalla panamericana en lucha libre para Argentina, marcando un nuevo capítulo en el crecimiento de este deporte en el país.

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