
Discapacidad | 20 may 2025
"Guías a la par": una ONG que transforma vidas a través del deporte
Con sus distintivas remeras verdes, "Guías a la par" lleva ocho años transformando la vida de personas con discapacidad visual en Mar del Plata. Esta inspiradora organización nació el 17 de mayo de 2017, cuando se realizó la primera salida grupal gracias a la iniciativa de Marisa Arregui, entonces estudiante de Terapia Ocupacional. De manera simbólica y casi involuntaria, esa fecha coincide con el Día Internacional del Guía del Deportista Ciego. Desde aquel primer encuentro, el grupo no ha dejado de crecer ni de promover la inclusión a través del deporte y la actividad física. El objetivo de la ONG es claro: derribar barreras, abrir caminos y fomentar la superación personal.
La dinámica es sencilla pero poderosa: una persona con discapacidad visual y un guía voluntario se conectan mediante una soga para caminar o correr juntos. "Es tan simple como correr o caminar con una soguita mediante, tomada de ambos lados", explica Marcos Folgar, exdirector de Discapacidad del municipio y promotor de esta iniciativa. "Hoy podemos decir con orgullo que somos el grupo más grande de la Argentina, con más de 30 personas con discapacidad visual y más de 40 guías voluntarios", destacó.
Con el tiempo, la ONG fue sumando nuevas actividades y miembros. A las caminatas y carreras se sumaron el ciclismo adaptado y, en algunos casos, la escalada en cerros y sierras. El denominado “grupo aventura” realiza anualmente una travesía al Cerro Tres Picos, el punto más alto del Sistema de Ventania, en la provincia de Buenos Aires.
La formación de los guías es otro pilar fundamental. "Brindamos talleres de capacitación para voluntarios, con un enfoque en cómo colaborar con una persona ciega en su vida diaria: cruzar una calle, sentarse, subir a un colectivo o a un auto", detalló Folgar. Estos talleres se realizan periódicamente en Mar del Plata y también en localidades vecinas.
Más allá del deporte, el grupo busca generar conciencia y naturalizar la discapacidad visual en el entorno social. “Antes, cuando salíamos a correr por la costa, la gente se paraba a aplaudirnos. Hoy ya somos más conocidos y es común ver duplas entrenando en la ciudad”, reflexionó Folgar.
A diferencia de una práctica individual, este tipo de actividad implica un fuerte lazo de cooperación. “El sacrificio, el esfuerzo y las ganas son de a dos”, afirmó. “¿Cómo no voy a ir si hay un guía que dispone de su tiempo para que yo pueda correr? Hay un compromiso mutuo”.
Fuente: 0223 (Mar del Plata)


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