
Fútbol Femenino | 21 abr 2025
El legado deportivo y humano del Papa Francisco: impulsor del fútbol femenino en el Vaticano
El mundo entero llora la partida del Papa Francisco, el primer Pontífice argentino y uno de los líderes más influyentes de la Iglesia Católica en tiempos modernos. Su papado no solo estuvo marcado por profundas reformas y un incansable trabajo por la paz y la justicia social, sino también por su compromiso con la igualdad y la inclusión, incluso en ámbitos impensados como el deporte.
Durante su pontificado, Francisco reformó el gobierno del Vaticano, tomó medidas concretas contra los abusos cometidos por miembros del clero y puso a la Iglesia en sintonía con muchas demandas sociales contemporáneas. Siempre tuvo presente el poder del deporte como herramienta de integración y unidad. En ese marco, uno de sus gestos más recordados, especialmente por mujeres y aficionadas al deporte, fue su impulso para la creación del primer equipo de fútbol femenino del Vaticano.
Todo comenzó en junio de 2018, durante el Día de la Familia del Vaticano, cuando un grupo de mujeres se organizó para disputar un partido informal, tal como lo venían haciendo desde hacía años los empleados varones. Inspirado por ese momento, y como parte de su política de dar mayor visibilidad a las mujeres dentro del Vaticano, el Papa Francisco promovió la formación oficial de un equipo femenino que representara a la Santa Sede.
“El Papa Francisco ha dado un impulso considerable a las mujeres dentro del Vaticano, por lo que esta iniciativa es una extensión de ese impulso”, explicó por entonces Danilo Zennaro, responsable del área de deportes. “Hemos tenido un equipo masculino durante 48 años, por lo tanto era justo ofrecer también a las mujeres la posibilidad de practicar este deporte”.
El equipo, dirigido por Susan Volpini, responsable de la Asociación de Mujeres en el Vaticano, jugó su primer partido el 26 de mayo de 2019 frente a la AS Roma de la Serie A femenina. Aunque el resultado fue adverso (derrota por 10-0), el debut marcó un hito para la Santa Sede, que abrió sus puertas a una nueva etapa en la inclusión deportiva.
La conformación del equipo fue también un reflejo de la estructura social del Vaticano: el 60% de las jugadoras eran empleadas, mientras que el 20% eran hijas y otro 20% esposas de empleados. En aquel entonces, el Vaticano contaba con unas 800 mujeres empleadas.
Fuente: Perfil


Primera División AFA
Una final sin cancha: la vergüenza del fútbol femenino argentino

Dime con qué perro andas, y te diré cuánto amor cargas

Sur Centro de Clubes 2025
Del quinto puesto al borde del trono: Sedalo, el equipo que rozó la historia

Futbol para ciegos
Argentina lleva su garra a Japón: Los Murciélagos y Las Murciélagas van por la gloria
