En México juegan por amor al deporte y a las apuestas

El caso ha generado una fuerte polémica en México, especialmente en redes sociales, donde han circulado videos y registros de partidos que apuntan a posibles acciones deliberadas para manipular resultados con fines lucrativos mediante apuestas deportivas. En el centro de las sospechas se encuentra el encuentro entre Mazatlán y Chivas, que habría sido presuntamente amañado.

Según trascendió, la FMF fue alertada tras detectar movimientos irregulares en casas de apuestas antes y durante ese partido. Se registraron entradas inusuales de dinero —entre 70 mil y 100 mil dólares— en un lapso de apenas cinco minutos, apostando a favor de Mazatlán, lo que encendió todas las alarmas e hizo sospechar de una posible implicación grupal.

Entre las jugadoras señaladas como presuntas involucradas figuran María Tarango (portera), Brenda García y Ana Patricia Becerra (defensoras), y Olga Anahí Trasviña (centrocampista). También se investiga otro encuentro, frente a Tigres el 17 de marzo, tras la filtración de un audio en el que se menciona ese partido.

Además de las apuestas, existen dudas sobre ciertos registros deportivos que llamaron la atención de la directiva del club, como el inusual promedio de 3,4 goles encajados por partido y un aumento en la cantidad de tarjetas recibidas.

En medio del escándalo, Mazatlán FC emitió un comunicado denunciando que algunas de sus jugadoras habrían recibido amenazas y presiones para participar en una red de apuestas ilegales.

La expectativa crece mientras la Comisión Disciplinaria evalúa los elementos reunidos. De comprobarse el amaño, sería un hecho sin precedentes en la historia de la liga femenina mexicana y podría derivar en sanciones graves, incluyendo suspensiones.

Este caso se da en un contexto de creciente preocupación internacional. Un reciente informe de Play the Game reveló que el fútbol femenino se ha convertido en un blanco para las mafias de apuestas, dado el bajo salario y la mayor vulnerabilidad de muchas jugadoras. La organización detectó 38 partidos sospechosos de manipulación en ligas femeninas de todo el mundo entre enero y noviembre de 2024. FIFPRO, el sindicato global de futbolistas, ha advertido que la exposición de estos encuentros a los mercados de apuestas representa una amenaza directa a la integridad del deporte.