El regreso silencioso de Rusia al deporte internacional

Rusia no compite bajo su bandera nacional desde los Juegos Olímpicos de Río 2016. En Pyeongchang 2018, sus deportistas participaron como Atletas Olímpicos de Rusia (OAR), mientras que en Tokio 2020 y Beijing 2022 lo hicieron bajo la designación del Comité Olímpico Ruso (ROC), tras ser sancionados por un escándalo de dopaje de Estado. Para París 2024, la presencia rusa y bielorrusa se limitó a una participación reducida bajo la categoría de Atletas Neutrales Independientes, medida impuesta debido a la invasión de Ucrania.

El COI suspendió al Comité Olímpico Ruso por violar la Carta Olímpica al incluir dentro de su estructura a las regiones ucranianas anexadas por Moscú. Como resultado, los atletas rusos en París 2024 no compitieron con su bandera, no desfilaron en la ceremonia inaugural ni participaron en deportes de conjunto. Solo 15 atletas rusos y 17 bielorrusos fueron autorizados bajo la condición de neutralidad, logrando una única medalla: la plata en dobles femenino de tenis para Mirra Andreeva y Diana Schneider.

El panorama en los Juegos Paralímpicos fue diferente. Aunque en el pasado el Comité Paralímpico Internacional fue más estricto con Rusia debido a las sanciones por dopaje, en París 2024 permitió la participación de 88 atletas rusos y 8 bielorrusos. Entre ellos figuró Ihar Boki, el nadador paralímpico más laureado de la historia, con 21 oros en cuatro ediciones.

En los últimos meses, varias federaciones deportivas han comenzado a flexibilizar su postura. En enero, la World Aquatics autorizó a 110 nadadores rusos a competir como neutrales, un incremento significativo respecto a los 27 aprobados en el Mundial de Piscina Corta de Budapest en diciembre pasado. Además, la World Athletics levantó su veto por dopaje, aunque la prohibición sigue vigente debido a la guerra en Ucrania. El judo y la esgrima ya han readmitido a los rusos, mientras que la Asociación Internacional de Boxeo (IBA), sin reconocimiento del COI, les permitió competir con bandera, himno y acceso al medallero.

El cambio de rumbo podría consolidarse en marzo, cuando se elija al nuevo presidente del COI. Mientras que Sebastian Coe, actual titular de World Athletics, se opone a la reincorporación rusa, otros candidatos como David Lappartient, presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), y Morinare Watanabe, presidente de la Federación Internacional de Gimnasia, defienden una mayor integración de los deportistas rusos y bielorrusos en las competencias internacionales.

El debate es aún más relevante en los deportes de invierno, donde Rusia ha sido históricamente protagonista. Desde Lillehammer 1994, los patinadores rusos han conquistado 26 medallas, 14 de ellas de oro. En el hockey sobre hielo, las distintas variantes rusas han ocupado el podio en 14 de las 18 ediciones olímpicas desde 1956. La exclusión de Rusia en los Juegos de Invierno podría considerarse un perjuicio mayor que las razones que justificaron las sanciones iniciales.

Las propias autoridades rusas han cambiado su postura. Mientras que en un inicio el gobierno y el Comité Olímpico Ruso rechazaban la participación sin bandera, ahora han suavizado su posición. El nuevo presidente del COR, Mijaíl Degtaryev, y el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, han asegurado que trabajarán para que Rusia tenga presencia en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026, incluso bajo la condición de atletas neutrales. La evolución de esta situación dependerá, en gran medida, de las decisiones del COI y de las federaciones internacionales en los próximos meses.

Fuente: France 24