
Fitness | 29 ene 2025
Running
Su cuerpo le dijo que se rindiera, su espíritu la llevó hasta la meta: la historia de Mel Sykes
Hace apenas 18 meses, la británica Mel Sykes, podóloga de 42 años y corredora apasionada, enfrentaba un futuro incierto. En el verano de 2023, comenzó a experimentar síntomas alarmantes: pérdida de equilibrio, dificultad para hablar y visión doble. Tras una serie de estudios médicos, le diagnosticaron malformación de Chiari, una rara afección neurológica en la que la parte inferior del cerebro presiona contra el canal espinal y el tronco encefálico. La enfermedad le impidió correr e incluso caminar con normalidad, afectando profundamente su vida cotidiana. Pero contra viento y marea completó una ultramaratón de más de 400 kilómetros.
Determinado a mejorar su calidad de vida, el equipo de neurocirugía del Hospital General de Leeds recomendó una intervención urgente. La operación presentaba riesgos significativos, incluida la posibilidad de que Sykes nunca volviera a correr. Sin embargo, con una determinación inquebrantable, se sometió a la cirugía y comenzó un arduo proceso de rehabilitación, enfocándose en recuperar su equilibrio y fortalecer su cuerpo para volver a las carreras.
Contra todo pronóstico, el 17 de enero pasado, Sykes completó la Spine Race, una ultramaratón de 431 kilómetros que atraviesa terrenos escarpados desde Edale, Derbyshire, hasta Kirk Yetholm (Escocia). Considerada una de las pruebas más duras del Reino Unido, la carrera la sometió a condiciones extremas, con nieve, vientos y temperaturas bajo cero. La atleta cruzó la meta en 132 horas, poco menos de seis días, desafiando todas las probabilidades.
Durante la competencia, Sykes enfrentó situaciones críticas. En los Yorkshire Dales, una tormenta la dejó en estado de hipotermia, obligándola a detenerse en un baño móvil para recuperar calor. Pero quizás el momento más impactante ocurrió a solo un kilómetro y medio de la meta, cuando tropezó con una piedra mientras corría cuesta abajo, cayó y se fracturó las costillas. A pesar del dolor, se reincorporó y terminó la carrera.
Para Sykes, completar la Spine Race significó mucho más que una victoria deportiva; fue una demostración de resiliencia y superación personal. "Fue duro, pero sabía que iba a serlo", afirmó. Su historia refleja la capacidad del ser humano para sobreponerse a la adversidad y desafiar los límites. El Dr. Anderson, quien dirigió su tratamiento, elogió su determinación: "Es una paciente realmente inspiradora. Completar esta carrera es un logro extraordinario".


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