viernes 16 de mayo de 2025 - Edición Nº2354

Artes marciales | 22 ene 2025

La brutalidad del boxeo sin guantes: Franco Tenaglia y su paso por los combates clandestinos

El boxeo sin guantes lleva al límite la resistencia humana: fracturas, traumatismos y lesiones internas son habituales en esta disciplina extrema. El argentino Franco Tenaglia se ha convertido en un referente, pero su trayectoria lo llevó a enfrentarse en eventos clandestinos organizados por la mafia chechena, donde los combates se desarrollan en condiciones brutales y peligrosas.


Narices fracturadas, costillas fisuradas y mandíbulas quebradas son parte del paisaje habitual en el boxeo sin guantes, un deporte extremo donde los nudillos desnudos aumentan exponencialmente el riesgo de daño físico. Las peleas, realizadas en rings circulares o cuadrados, tienen reglas básicas que prohíben los codazos, patadas y golpes bajos, pero dejan espacio para una violencia sin precedentes. Los combates duran dos minutos por round y pueden extenderse hasta siete, dependiendo de la categoría.

El argentino Franco Tenaglia se ha destacado en esta disciplina, pero su experiencia lo llevó más allá del ámbito deportivo. Participó en “King of the Streets” (Reyes de la calle), un evento clandestino con más de un millón de seguidores en YouTube, organizado por la mafia chechena. “Son eventos cerrados, de poco público. Va gente con mucho dinero que apuesta mientras se consumen drogas y alcohol. Hice un par de peleas y los chechenos se enamoraron de mí”, relató el deportista.

Tenaglia recordó cómo era trasladado con los ojos vendados a lugares secretos, como un garaje en medio de montañas nevadas, rodeado de organizadores armados con AK-47. Las peleas, realizadas en pisos de concreto y sin ninguna medida de seguridad, permiten mordidas, ataques a los ojos y otros actos brutales. “Es lo más violento de lo más violento. Hay gente que termina muy mal”, aseguró.

El boxeo sin guantes, aunque originado en Reino Unido, tiene en Estados Unidos su actual epicentro. Sin embargo, los eventos clandestinos en los que participó Tenaglia, desarrollados en países como Polonia, Suecia y Hungría, reflejan el lado más oscuro de este deporte. Allí, las peleas no solo enfrentan a luchadores, sino que a menudo explotan rivalidades ideológicas extremas, como “nazis contra antinazis”.

Para Tenaglia, la experiencia ha sido un desafío físico y psicológico que expone los riesgos de una disciplina donde la violencia se convierte en espectáculo y la seguridad queda relegada a un segundo plano.

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