viernes 16 de mayo de 2025 - Edición Nº2354

Fitness | 9 ene 2025

Running

El problema de los ‘colados’: ¿dónde queda el respeto por quienes cumplen las reglas?

Participar en una carrera de calle no solo implica entusiasmo y preparación física; también supone responsabilidad y respeto por las reglas. Sin embargo, en Argentina, un fenómeno recurrente está poniendo en jaque a los organizadores y afectando a los corredores que cumplen con las normas: la presencia masiva de "colados".


¿Para qué se paga una inscripción si cualquiera puede correr? Este interrogante resuena con fuerza tras cada evento. Las carreras son actividades organizadas, que requieren permisos, planificación y recursos. Inscribirse no solo asegura una experiencia adecuada para los participantes, sino que también permite costear servicios esenciales como hidratación, seguridad, ambulancias y medallas.

El argumento de la "calle libre" es insostenible

Quienes defienden la participación de "colados" suelen escudarse en que las calles son públicas. Pero esta postura ignora un hecho fundamental: los organizadores deben gestionar permisos específicos para cerrar calles y garantizar la seguridad de los corredores. Sin estos permisos, sería imposible realizar eventos en avenidas como Libertador o la 9 de Julio. Pensar que cualquiera puede "trotar libremente" en estos espacios durante una carrera es, como mínimo, una simplificación peligrosa.

Una falta de respeto hacia los inscriptos

Inscribirse en una carrera no es solo un trámite; es una forma de comprometerse con el evento y con los demás corredores. Los "colados" no solo burlan las reglas, sino que también desprecian el esfuerzo de quienes pagan su inscripción para sostener la logística del evento. Esos recursos no surgen de la nada: son los inscriptos quienes financian la contratación de personal, el agua, las medallas y todos los elementos que hacen posible la carrera.

Consecuencias que afectan a todos

La presencia masiva de "colados" genera una cadena de problemas:

  1. Recursos limitados: Aunque los organizadores suelen prever un margen extra, los "colados" pueden desbordar la capacidad de los servicios. Esto ha llevado a situaciones en las que los inscriptos, quienes pagaron por esos recursos, se quedan sin agua o medallas.

  2. Costos crecientes: Al tener que invertir más en servicios para cubrir a quienes no pagan, los organizadores terminan elevando los precios de las inscripciones. Esto afecta directamente a los corredores responsables, que deben asumir un costo adicional para compensar a los que no respetan las normas.

  3. Seguridad comprometida: La imprevisibilidad de los "colados" también dificulta la planificación de emergencias. En caso de accidentes simultáneos, ¿quién debería ser atendido primero: un inscripto o un "colado"? Aunque todos serán asistidos, este tipo de dilemas evidencian la falta de respeto hacia las reglas del evento.

Una cultura que necesita cambiar

En países como Estados Unidos o en Europa, la participación sin dorsal es prácticamente inexistente, representando solo el 0.5% del total. En Argentina, en cambio, esta cifra puede superar el 30%. ¿Por qué aquí es tan difícil cumplir las normas? Esto no solo habla de una falta de cultura deportiva, sino también de una tendencia a justificar comportamientos que perjudican a los demás.

¿Qué podemos hacer?

Es momento de tomar medidas concretas para erradicar esta práctica. Los organizadores ya han comenzado a implementar controles más estrictos, como separar a los inscriptos de los "colados" en la llegada. Pero esto no basta. Es necesario promover una mayor concientización sobre el impacto negativo de estas acciones y reforzar el mensaje de que las reglas están para cumplirse.

Correr es mucho más que un deporte: es una actividad que une a las personas, fomenta la salud y celebra el esfuerzo personal. Sin embargo, permitir que unos pocos ignoren las normas en detrimento de la mayoría es una falta de respeto hacia los valores que estas competencias representan. Si realmente queremos disfrutar de carreras organizadas y accesibles, debemos ser responsables y respetar a quienes hacen posible que estos eventos existan.

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