Teresa Abramovich, la sirena de 91 años que desafía al tiempo

“Comencé desde los 9 años, a los 11 me incorporé al equipo de nadadoras del club y competí hasta los 18, cuando me casé y me dediqué a otra cosa. Pero siempre he mantenido la natación en mi vida”, relata Teresa. Aunque dejó la competencia, nunca abandonó su amor por el agua, el cual le ha permitido superar incluso problemas serios de salud. “Estar en este estado me salvó. Me siento muy bien, libre; me descarga de cualquier tensión y vuelvo renovada a casa”, cuenta emocionada.

Reconocida recientemente en el Club Unión por su trayectoria, tesón y ejemplo de vida, Teresa recuerda con orgullo haber inaugurado la pileta de ese club: “No había nadadores, así que fui la primera en estrenarla”, señala con una sonrisa.

Actualmente, Teresa nada 40 piletas de 25 metros diariamente, llegando en ocasiones a completar 60. Sobre su futuro, asegura con determinación: “Voy a nadar hasta donde pueda”.

La natación es ampliamente reconocida como una de las actividades más beneficiosas para las personas mayores, ya que combina ejercicio físico con bajo impacto en las articulaciones. Este deporte ayuda a mejorar la movilidad, fortalecer los músculos y mantener la salud cardiovascular, al mismo tiempo que reduce el riesgo de lesiones. Además, tiene un impacto positivo en la salud mental, favoreciendo la liberación de tensiones, mejorando el estado de ánimo y promoviendo el bienestar general. Estudios han demostrado que nadar regularmente puede ralentizar el envejecimiento físico y mantener a las personas mayores activas e independientes por más tiempo.

Fuente: Despacho Play (Santa Fe)