jueves 02 de octubre de 2025 - Edición Nº2493

Otros | 5 ene 2025

Automovilismo

Un romance que desafía el desierto

En el árido y desafiante desierto de Arabia Saudita, donde el rugir de los motores y la inmensidad de las dunas parecen acapararlo todo, hay una historia que destaca por su calidez y humanidad. Nicolás Cavigliasso y Valentina Pertegarini no solo son una dupla competitiva en la categoría Challenger del Rally Dakar; son compañeros de vida y protagonistas de un amor que ha resistido el paso del tiempo y las exigencias del destino.


La historia de Nicolás y Valentina comenzó en General Cabrera, Córdoba, un pequeño rincón argentino donde ambos crecieron y se enamoraron siendo niños. “Éramos novios de chicos, esos amores de 10 años que muchos creen que no van a durar”, rememora Valentina con una sonrisa. Pero el tiempo, lejos de separarlos, los unió aún más; se reencontraron en la adolescencia y desde entonces no han vuelto a alejarse.

Esa conexión los llevó hasta el podio del Dakar 2019, cuando Nicolás, tras consagrarse campeón en cuatriciclos, realizó un gesto inolvidable: se arrodilló frente a Valentina en la línea de meta y le pidió matrimonio. Desde ese día, su vínculo se consolidó no solo en la vida personal, sino también en la pista.

El paso del tiempo transformó a Valentina de espectadora apasionada a aliada estratégica. En 2022, como copiloto de Nicolás, hizo historia al convertirse en la primera mujer campeona mundial de Rally Raid. “Nunca imaginé estar en esta posición. Siempre pensé que mis deportes eran otros, pero con Nico descubrí una pasión por el automovilismo que jamás habría imaginado”, cuenta emocionada.

En la dureza del Rally Dakar, donde cada kilómetro exige cuerpo y alma, la relación de Nicolás y Valentina brilla con una fuerza especial. “Arriba del auto somos un equipo profesional, pero la confianza que tenemos hace que las cosas fluyan de una forma única”, explica Valentina. Nicolás, por su parte, asegura que el amor que comparten es el motor que los impulsa: “Con ella es diferente. Hay más comunicación, más conexión. Sabemos que estamos ahí para apoyarnos en todo momento”.

Lejos de las dunas, su vida en Córdoba también está llena de desafíos y sueños compartidos. Entre la producción de maní, la cría de ganado y los entrenamientos, esta pareja demuestra que el amor es su mayor fortaleza. “Estamos juntos casi todo el día, pero nunca hemos sentido que eso sea un problema. Compartimos nuestras pasiones y nos complementamos en todo”, afirma Nicolás.

Un futuro cargado de sueños

Este año, Nicolás y Valentina iniciaron su tercera participación como equipo en el Rally Dakar con una victoria en la primera etapa. Aunque saben que el camino hacia el podio será arduo, mantienen la esperanza viva. “El Dakar es una carrera que nos pone a prueba como personas, pero también nos permite crecer como pareja”, reflexiona Nicolás. Para Valentina, el verdadero triunfo está en el camino que recorren juntos: “Más allá del resultado, lo más importante es que estamos viviendo esta experiencia única, juntos”.

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