Sin brazos pero con alas: Guo, el torbellino demoledor

Desde el comienzo de la competencia, Guo no dejó margen a dudas sobre su favoritismo. Su destreza en el agua fue evidente, ejecutando cada brazada con precisión y una velocidad que sorprendió a los expertos. Aunque no utiliza los brazos, su control del cuerpo y del agua es extraordinario, lo que lo llevó a cruzar la meta en 29.33 segundos, un tiempo que reescribió la historia de la natación paralímpica.

Su estilo, caracterizado por la capacidad de nadar en apnea casi toda la carrera, captó la atención tanto de especialistas como de fanáticos. En la prueba de 50 metros mariposa, Guo ya había batido otro récord con un tiempo de 30.28 segundos, demostrando que su dominio no se limita a una sola disciplina. Con solo una pausa mínima para respirar, logró un despliegue impresionante de fuerza y técnica, generando un movimiento explosivo con sus piernas.

A sus 23 años, el oriental había mostrado su potencial en el Campeonato Mundial de Mánchester, donde ganó siete medallas (cuatro de oro). Pero fue en París donde consolidó su leyenda, llevándose cinco medallas más (tres de oro y dos de plata) en la categoría S5, destinada a atletas con limitaciones severas en las extremidades o el torso.