sábado 14 de junio de 2025 - Edición Nº2383

Discapacidad | 29 ago 2024

Juegos Paralimpicos Paris 2024

De refugiado a abanderado: la inspiradora historia de Guillaume Junior Atangana

Una semana antes del inicio de los Juegos Paralímpicos de París 2024, Guillaume Junior Atangana y su guía, también refugiado, Donard Nyamjua, recibieron una inesperada llamada de Andrew Parsons, presidente del Comité Paralímpico Internacional. Parsons les comunicó una noticia que llenó de emoción a Junior: sería el abanderado del Equipo Paralímpico de Atletas Refugiados durante la Ceremonia de Apertura, acompañado por Donard. "Estoy muy emocionado y feliz de que el Presidente me haya dado esta noticia. Me da escalofríos, ya me imagino todo en mi cabeza. Me veo como un gran campeón, cumpliendo mi sueño", expresó Junior con entusiasmo.


Para comprender el significado de este honor para Junior, es necesario conocer su extraordinaria trayectoria como paraatleta refugiado y los logros que ha cosechado en la pista. Un mes antes de los Juegos, en una pista de atletismo en Cleckheaton, una pequeña ciudad al norte de Inglaterra, se desarrollaba una escena habitual a pesar de la persistente lluvia veraniega: personas de todas las edades entrenaban para la liga de atletismo de esa tarde. Entre ellos, dos hombres destacaban mientras realizaban carreras, saltos y ejercicios sincronizados, conectados por una cuerda corta con aros en cada extremo. Uno de ellos era Junior, un velocista de 25 años con discapacidad visual; el otro, su guía Donard, de 32 años. Ambos competirán en los 400 metros T11 en París 2024 como parte del Equipo Paralímpico de Atletas Refugiados, en la categoría para atletas con discapacidad visual severa, donde los competidores usan antifaces y corren acompañados por un guía.

Además de los 400 metros, Junior también competirá en los 100 metros junto a su guía Israel Malachi-Harrison. Este equipo es parte del contingente más grande en la historia del Equipo Paralímpico de Atletas Refugiados, que incluye a otros siete paraatletas que competirán en seis deportes. Todos buscan continuar con el éxito del Equipo Olímpico de Atletas Refugiados en París, representando los sueños y esperanzas de los 120 millones de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo, incluidas 18 millones con discapacidad.

En su última competencia antes de los Juegos, Junior y Donard participaron en una carrera de 200 metros en Cleckheaton, enfrentándose a atletas sin discapacidad. Desde las gradas, sus compañeros del Club de Atletismo para Personas con Discapacidad de Bradford, Keighley y Skipton (BKS), junto con su entrenadora Janet-Alison Arkwright, los animaban. Arkwright ha trabajado con ellos desde que llegaron al Reino Unido como solicitantes de asilo en octubre de 2022. En ese momento, Junior no hablaba inglés y Donard lidiaba con una lesión en el cuádriceps que dificultaba su movilidad. Desde entonces, han logrado un "progreso enorme", según la entrenadora. "Ahora creen en sí mismos, que es la mayor diferencia. Son más fuertes, más felices, y creen que pueden lograrlo".

"Lograrlo" no solo significa ganar una medalla en París, sino también romper el récord mundial en los 400 metros T11. Tras observar cómo salían disparados desde los bloques de salida y ganaban la carrera con su mejor marca personal, esa hazaña ya no parece inalcanzable. En los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, esta dupla quedó en cuarto lugar en los 400 metros T11, representando a su país.

"Quiero ganar una medalla de oro en París", comentó Junior después de la carrera en Cleckheaton. "Aquí, en el Reino Unido, tengo todo lo que necesito para rendir al máximo en mi deporte, y me siento preparado".

El amor de Junior por el deporte tiene raíces profundas. Creció en África Occidental con el sueño de convertirse en el mejor futbolista del mundo, pero a los 8 años comenzó a perder la vista y, a los 12, la había perdido por completo. "No salí de mi habitación durante varios meses. Pensé que todo había terminado para mí en el deporte. Pero hice un amigo que me ayudó, y empecé a correr", recuerda.

Correr no solo le devolvió la confianza en sí mismo, sino también el amor por el deporte: "Al principio, después de perder la vista, me costaba hasta caminar. Pero cuando corría, no tenía preocupaciones".

Con el tiempo, Junior comenzó a entrenar con un guía, logrando ganar varias medallas en competencias internacionales. Sin embargo, llegó a un punto en el que su velocidad superó a la de su entrenador, y fue entonces cuando encontró a Donard Ndim Nyamjua, un campeón nacional de 800 metros, que vivía cerca y estaba dispuesto a asumir el desafío de ser su corredor guía.

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