Argentina y Francia se volverán a ver las caras en el fútbol. ¿Rulli será el "Dibu" y Thiago Almada, Messi?

Apenas han pasado 15 días desde las celebraciones argentinas tras ganar la Copa América, un triunfo que dejó una huella amarga. Los festejos de nuestro pais estuvieron marcados por una efervescencia que rayó en el racismo, con cantos dirigidos contra los franceses, alejados del contexto del título continental. La transmisión en vivo de Enzo Fernández mostró a la "Albiceleste" profiriendo rimas cargadas de xenofobia contra los europeos, lo que desató una controversia de gran escala. Este comportamiento fue ampliamente reprobado en el mundo del fútbol, con el Chelsea prometiendo sanciones contra Fernández y la federación francesa presentando un reclamo formal ante la FIFA.

La situación escaló a niveles políticos, llevando al presidente argentino Javier Milei a agendar una reunión con su homólogo francés, Emmanuel Macron, para calmar las tensiones entre ambos países justo antes del campeonato masculino de fútbol de París 2024. Ambas selecciones, compuestas mayoritariamente por jugadores sub-23, participan con la posibilidad real de encontrarse en el camino hacia el título.

El destino ha añadido un elemento de morbo a la competencia. Las mismas naciones que disputaron la final del Mundial de Qatar 2022 se enfrentarán en los cuartos de final de París 2024. La victoria de Argentina por 2-0 sobre Ucrania les permitió avanzar a la fase de los mejores ocho, donde se enfrentarán a los anfitriones. Y es probable que el equipo argentino sienta la resistencia y hostilidad de los hinchas locales, como ha sido la tónica durante toda la competencia.

Antecedentes tensos

El primero sucedió el miércoles 24 de julio en Saint-Étienne, cuando el equipo dirigido por Javier Mascherano cayó 2-1 ante Marruecos, selección que terminó en el primer puesto del Grupo B y se enfrentará a Estados Unidos en la próxima fase.

El encuentro entre argentinos y marroquíes estuvo lleno de momentos polémicos. Desde la ceremonia de los himnos, con invasiones constantes de hinchas marroquíes al campo, hasta un final controvertido. Una bomba de estruendo lanzada contra los argentinos justo cuando empataban en el minuto 15 del descuento dejó en suspenso la continuidad del partido. El reinicio del juego demoró casi dos horas y terminó con el gol anulado, añadiendo más tensión a la ya complicada situación.