Excursión histórica: Diego Gerar, el primer argentino con parálisis cerebral que buceó en aguas abiertas

A pesar de las dificultades que Gerar tiene para desplazarse por su cuenta, el intenso entrenamiento valió la pena, ya que pudo sumergirse en el mar, junto a su profesor, hasta alcanzar una profundidad máxima de 18 metros. Y, a pesar de que esta aventura le permitió cumplir uno de sus objetivos más grandes, asegura que continuará por el mismo camino e intentará cumplir nuevas metas. 

El deportista logró aprender a nadar en 2011, cuando se anotó en la pileta climatizada de su ciudad, General La Madrid. Y, si bien su parálisis cerebral es severa, al punto de que le generó hidrocefalia (leve retraso madurativo, acortamiento en las extremidades y limitación en los movimientos de su cuerpo), él nunca bajó los brazos y siguió perfeccionando su nado. Finalmente, durante una clase de natación, que tuvo lugar a mediados de 2016, el deportista conoció a Bruno Pellita, un buzo profesional, y desde entonces se hicieron amigos y nunca más se volvieron a separar.

¿Cuál fue el procedimiento que realizó el instructor para bucear con Diego Gerar? 

Una vez que Diego Gerar y Bruno Pellita llegaron a las grutas, se trasladaron hasta la plataforma, ubicada en el Golfo de San Matías, y juntos se sumergieron a 10 metros de profundidad. 

El objetivo era conocer el área, averiguar si Gerar se sentía cómodo al bucear en aguas abiertas y replicar los ejercicios que tantas veces completaron en el fondo de la pileta.

Por último, al día siguiente regresaron y no solo pudieron realizar una segunda inmersión, sino que también descendieron hasta los 18 metros de profundidad para explorar los restos de un barco hundido.