¡Para aplaudir! Una escuela de remo de Montevideo se orienta cada vez más a la inclusión

Dentro del Club de Remo Oriental, ubicado en el barrio Punta Carretas de Montevideo, se encuentra la Escuela de Remo, un lugar en el que no solamente se aprende el deporte sino que también se entra en contacto con la naturaleza. El paisaje que ahí se genera para el que ingrese al agua es especial, y se guarda en la retina como recuerdo imborrable para el resto de la vida.

Joaquin Mones respira remo desde los primeros días de su vida. Su padre practicaba el deporte cuando era chico, le inculcó la actividad y ese amor lo trasladó a su vida personal y laboral. En 2018, el club para el cual trabaja presentó un proyecto de innovación inclusiva ante la ANI (Agenda Nacional de Investigación e Innovación) y, luego de aprobarse el subsidio, formalizaron una alianza con la Federación Uruguaya de Remo y el Ministerio del Interior para construir botes adaptados. Justamente estos fueron elaborados por reclusos del Taller de Fibra de la Cárcel de Punta de Rieles, siendo una oportunidad de inclusión para la población carcelaria.

“La idea es que puedan participar personas en situación de exclusión para que, al menos, tenga una primera experiencia. El año pasado, entre Noviembre y Diciembre, pasaron 500 alumnos de escuelas públicas. Luego, varios de ellos se incorporaron al programa de la escuela municipal, la cual es gratuita”, comenta Joaquín Mones en diálogo con Rugido Sagrado. Y agrega: “A fin de 2021 pudimos terminar de construir un vestuario, que tambien tiene gran parte adaptada. Las puertas están abiertas para todos”.

El acceso a la práctica deportiva para personas en situación de discapacidad es un ciclópeo desafío para todos los países. En Uruguay, hay varias instituciones inclusivas y, específicamente en el remo, lo hace especial al ser un deporte muy completo, puesto que trabaja piernas, espalda y brazos. “Tenemos 150 personas en total que están remando con nosotros (4 de ellos, adaptados), que pueden disfrutar de la gran cantidad de nuestras actividades. Asiduamente, tenemos un grupo de ciegos y atletas de otros deportes adaptados que quieren probar el pararemo. El problema que tenemos con algunos de ellos es el transporte, porque si vienen a la actividad se tienen que tomar un taxi porque los ómnibus no son del todo confiables, y muy pocos son adaptados”, señaló el fundador de la escuela, con suma preocupación sobre esto último.

El establecimiento náutico, presidido por Lucia Ribeiro, está afianzado como el principal centro de remo recreativo y precompetitivo de Montevideo, y cada vez más personas se interesan por sus actividades. En relación a los objetivos para el 2022, Joaquín concluyó: “Queremos consolidar el grupo de remeros, tenemos varios botes que precisan reparación, avanzaremos en distintas obras y planificamos competir en varios torneos. En Mayo, por ejemplo, queremos ir con un grupo al Máster de San Pablo (Brasil), y después poder, sobre finales de año, conseguir botes de competencia que no tenemos actualmente”.