lunes 01 de julio de 2024 - Edición Nº2035

Discapacidad | 26 dic 2021

Surf adaptado

Sarah Almagro, subcampeona mundial de surf adaptado sin manos y pies por la meningitis

Sarah Almagro llevaba una vida feliz en su Marbella natal con 18 años. Estaba a punto de entrar en la carrera de Derecho, salía de fiesta con sus amigos y practicaba deporte. La oriunda de Malaga hacía las cosas propias de una adolescente de su edad. Hasta que una meningitis meningocócica le cambió la vida por completo ese verano: perdió manos y pies tras sufrir una septicemia producida por la gravísima infección.


Tres años después, la deportista se proclamó subcampeona mundial de surf adaptado en Pismo Beach (California). "Es una auténtica locura. El uno de diciembre de 2018 estaba saliendo del hospital en silla de ruedas, súper frágil”, reconoce Sarah entusiasmada durante una entrevista con un diario local.

Esta reina de las olas recuerda vivir unas Navidades "duras y diferentes" aquel 2018. "Vuelves a casa en una situación totalmente diferente a la que saliste; y con partes de tu cuerpo que ya no las vas a recuperar nunca. Tenía un trasplante como proyecto", explica. En 2018, la malagueña se sometió a un trasplante de riñón, donado por su padre, que le permitió abandonar las doce horas diarias de diálisis.

Para Sarah, sus padres y amigos han sido pilares "fundamentales" a la hora de afrontar su nueva rutina. "Sin ellos, sin el apoyo que me han dado todos estos años, no hubiese llegado a donde estoy ahora. Otra de las cosas que más me ha ayudado, sobre todo cuando empiezas a socializar, es conocer a gente que tiene amputaciones. Ha sido la mejor psicología. Son los que mejor te entienden", destaca.

Su amor por las olas

La joven, que practica surf adaptado desde verano de 2020, empezó a competir en junio de este año. Antes de perder todas las extremidades a causa de la meningitis ya era bastante buena en deportes: practicaba natación, fútbol, yudo, atletismo e incluso CrossFit; también hacía surf.

"Mi madre nos metió a mi hermano y a mí en el mar. Yo tendría cinco años. Empezamos a hacer bodyboard. Con 14 años, mi hermano y yo paseando por la playa vimos a gente haciendo surf. Luego, con mis ahorros compré una tabla”, comenta la deportista, que anima a que la gente persiga sus sueños. "Que nadie ni nada os ponga límites. El único límite está en tu cabeza", asegura.

Las luchas de Sarah

Sus padres, Silvia Vallejo e Ismael Almagro, han luchado durante tres años para que el Gobierno incluyera un nuevo catálogo de prótesis en los Presupuestos Generales del Estado. Finalmente, lo lograron. "Ha sido lucha bastante dura. Gracias ellos, se ha mejorado ese catálogo protésico súper anticuado para que no sea el paciente el que tenga que adaptar a la prótesis, sino al revés", recalca. 

Las prótesis que lleva Sarah actualmente no las cubre la Seguridad Social. "Son muy caras. Nosotros nos vimos en la necesidad de pedir ayudar a la gente para que pudiera normalizar mi vida. Queríamos devolver a la sociedad lo que ha hecho por mí", cuenta. Así nació la asociación sin ánimo de lucro Somos tu ola, que tiene como objetivo recaudar dinero para las prótesis y concienciar a la sociedad. 

Silvia e Ismael también abanderaron otra campaña para concienciar sobre la importancia de las vacunas contra la meningitis. Mantuvieron reuniones con responsables del Gobierno a fin de incluir en el calendario la tetravalente de meningitis con serotipos A, C, W. El primer paso ya se ha conseguido con el compromiso de la Junta de Andalucía de incluirla en su calendario. 

Almagro se ha convertido en todo un ejemplo de superación en sus redes sociales en las que acumula miles de seguidores. "Es una responsabilidad muy grande porque la gente te toma como ejemplo en absolutamente todo. Hay que ser precavido. Yo también cometo errores y no soy una persona perfecta, ni lo quiero ser. En las redes sociales intento mostrarme tal y como soy, feliz y con humor. Aunque también me dan bajones como a cualquiera", advierte.

Almagro critica la terminología con la que la definen. "Me llaman minusválido y eso significa que soy menos válida. Ninguna persona por el hecho de tener una capacidad diferente es menos válida que nadie. Queda camino por recorrer para ser inclusivos", lamenta la malagueña, que intenta conciencia en redes sociales sobre su realidad y la de muchas otras personas.

Fuente: Elespanol.com

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
MÁS NOTICIAS